miércoles, 3 de julio de 2013

En la práctica: ¿es lo mismo ser padre a sentirse padre?

Existen muchas definiciones sobre paternidad. Es un concepto que procede del latín paternitas y que refiere a la condición de ser padre. Esto quiere decir que el hombre que ha tenido un hijo accede a la paternidad.

Sin lugar a dudas durante los últimos años se ha cuestionado el modo tradicional de comprender y ejercer la paternidad. Muchos de nuestros padres y abuelos entendieron la figura paterna por las responsabilidades económicas que implica y ejercicio vertical de la autoridad. Afortunadamente, este enfoque ha cambiado a una nueva paternidad que enfatiza las relaciones basadas en el afecto y en la cercanía del hombre con sus hijos. Estos cambios  obedecen a muchos factores, pero principalmente, al menos desde mi punto de vista, obedecen a una nueva realidad familias, a las modificaciones en los estilos de vida y nuevos roles en las relaciones entre hombres y mujeres.

Esta nueva paternidad se define en muy pocas líneas pero en la práctica no resulta tan sencillo. Un nuevo enfoque de paternidad conlleva a superar resistencias culturales, sociales, psicológica e incluso emocionales.

Dicho esto, me pregunto: ¿es lo mismo ser padre a sentirse padre? Desde mi experiencia considero que la paternidad debe transcender del hecho biológico y no solo limitarlo a cumplir un rol de proveedor económico. Los niños y niñas tienen derecho a unos padres muchos más comprometidos con su desarrollo físico, intelectual y emocional, para ello se requiere tiempo, voluntad y amor.

No se trata de cuestionar o restarle méritos a nuestros padres. Ellos cumplieron un rol con la información y herramientas que tenían. La invitación a los nuevos padres es hacerlo diferente.

Carlos Trapani (@carlosmtrapani / carlosmtrapani@hotmail.com)








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